Conil de la Frontera forma parte de los pueblos blancos y como tal alberga rincones con encanto.

Cuando echas a caminar por sus calles puedes encontrar, por ejemplo, “el barrio la mar”, barrio clásicamente de los pescadores de Conil. Conformado por estrechas calles irregulares.

Pasado el Arco de la Villa, girando a la derecha en la calle Alta, seguida por Baluarte; o atravesando la singular calle Cádiz con sus patios llenos de macetas a ambos lados; o bien cruzando Extramuros hasta la inigualable calle Amargura con la Puerta Cai y el mar de fondo.

Todos estos caminos te llevan al Barrio la Mar. Calle Lenguado, calle Boquerón, calle Ancla, calle Tolete, calle Remo… merece la pena recorrerlas, aunque podrás encontrarte aún hoy a algunos vecinos de Conil “sentados a la fresca” al terminar la jornada.